Regardez l’humilité de Dieu


Compositores
: Rahm Anne-sophie Francoise Marie

… Admirable grandeur
Étonnante bonté
Du maître de l’univers
Qui s’humilie pour nous
Au point de se cacher
Dans une petite hostie de pain
 
… Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Et faites-lui hommage de vos cœurs
 
… Faites-vous tout petits
Vous aussi devant Dieu
Pour être élevés par lui
Ne gardez rien pour vous
Offrez-vous tout entier
À ce Dieu qui se donne à vous
 
… Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Et faites-lui hommage de vos cœurs
 
 
… Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Et faites-lui hommage de vos cœurs
 
… Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Regardez l’humilité de Dieu
Et faites-lui hommage de vos cœurs

… Admirable grandeza,
sorprendente bondad
del Señor del universo,
que se humilla por nosotros
hasta el punto de esconderse
en una pequeña hostia de pan….
 
 Contemplad la humildad de Dios,
contemplad la humildad de Dios,
contemplad la humildad de Dios,
y rendidle homenaje con vuestros corazones….
 
 Haceros muy pequeños
También vosotros ante Dios
Para ser elevados por él
No guardéis nada para vosotros
Ofrecedos por completo
A este Dios que se entrega a vosotros
 
… Contemplad la humildad de Dios
Contemplad la humildad de Dios
Contemplad la humildad de Dios
Y rendidle homenaje con vuestros corazones
 
… Contemplad la humildad de Dios
Mirad la humildad de Dios
Mirad la humildad de Dios
Y rendidle homenaje con vuestros corazones
 
… Mirad la humildad de Dios
Mirad la humildad de Dios
Mirad la humildad de Dios
Y rendidle homenaje con vuestros corazones


Anne-Sophie Rahm, nacida en Lausana en 1988, descubrió la dirección coral tras diez años tocando el piano, lo que la llevó a componer varias canciones. Convencida de que cantar permite a los niños memorizar lo que escuchan, desea ayudarlos a interiorizar las palabras de los santos mediante melodías sencillas y alegres.
La humildad es una de las meditaciones que San Ignacio propone en los ejercicios espirituales.
 
[165] LA PRIMERA MANERA DE HUMILDAD es necesaria para la salud eterna, es a saber, que así me baje y así me humille cuanto en mí sea posible, para que en todo obedezca a la ley de Dios nuestro Señor, de tal suerte que, aunque me hiciesen señor de todas las cosas criadas en este mundo, ni por la propia vida temporal, no sea en deliberar de quebrantar un mandamiento, quier divino, quier humano, que me obligue a pecado mortal.
 
[166] LA SEGUNDA es más perfecta humildad que la primera, es a saber, si yo me hallo en tal punto que no quiero ni me afecto más a tener riqueza que pobreza, a querer honor que deshonor, a desear vida larga que corta, siendo igual servicio de Dios nuestro Señor y salud de mi ánima; y, con esto, que por todo lo criado, ni porque la vida me quitasen, no sea en deliberar de hacer un pecado venial.
 
[167] LA TERCERA es humildad perfectísima, es a saber, cuando, incluyendo la primera y la segunda, siendo igual alabanza y gloria de la divina majestad, por imitar y parecer más actualmente a Cristo nuestro Señor, quiero y elijo más pobreza con Cristo pobre que riqueza, oprobios con Cristo lleno dellos que honores, y desear más de ser estimado por vano y loco por Cristo, que primero fue tenido por tal, que por sabio ni prudente en este mundo.
 
[168] Nota. Así, para quien desea alcanzar esta tercera humildad, mucho aprovecha hacer los tres coloquios de los binarios ya dichos [147] [156], pidiendo que el Señor nuestro le quiera eligir en esta tercera, mayor y mejor humildad, para más le imitar y servir, si igual o mayor servicio y alabanza fuere a la su divina majestad.
 
Para más información:
Caroleo, Emma, Pinto, Paul Rolphy, S.J., «L’umiltà nella Regola di San Benedetto e nelle Costituzioni di Sant’Ignazio», in Ignaziana www.ignaziana.org 31 (2021) 50-74.
https://ignaziana.org/numero-31/